22 Versículos de la Biblia sobre la Belleza
Tú fuiste quien formó todo mi cuerpo; tú me formaste en el vientre de mi madre. Te alabo porque estoy maravillado, porque es maravilloso lo que has hecho. ¡De ello estoy bien convencido!
Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas, como peinados exagerados, joyas de oro o vestidos lujosos, sino en lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible de un espíritu suave y tranquilo. Esta belleza vale mucho delante de Dios.
Levántate, Jerusalén, envuelta en resplandor, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti.
Los encantos son una mentira, la belleza no es más que ilusión, pero la mujer que honra al Señor es digna de alabanza.
No permitas que su belleza encienda tu pasión; ¡no te dejes atrapar por sus miradas!
¡Tú eres hermosa, amor mío; hermosa de pies a cabeza! ¡En ti no hay defecto alguno!
Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó.
Pero el Señor le dijo: «No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.»
¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos.
Pues es Dios quien nos ha hecho; él nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, siguiendo el camino que él nos había preparado de antemano.
Y quiero que las mujeres se vistan decentemente, que se adornen con modestia y sencillez, no con peinados exagerados, ni con oro, perlas o vestidos costosos. Que su adorno sean las buenas obras, como corresponde a las mujeres que quieren honrar a Dios.
Pues aunque el ejercicio físico sirve para algo, la piedad es útil para todo, porque tiene promesas de vida para el presente y para el futuro.
Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa?
Tú serás una hermosa corona real en la mano del Señor tu Dios.
Por eso no nos desanimamos. Pues aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día a día.
Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abram le dijo a su esposa Sarai: «Mira, yo sé bien que tú eres una mujer hermosa.
La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece firme para siempre.
Mujer ejemplar no es fácil hallarla; ¡vale más que las piedras preciosas!
No había en todo el mundo mujeres tan bonitas como las hijas de Job. Su padre las hizo herederas de sus bienes, junto con sus hermanos.
Te hiciste famosa entre las naciones por tu belleza, que era perfecta por el encanto con que te adorné. Yo, el Señor, lo afirmo.
Salmos 139:13-14
Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas, como peinados exagerados, joyas de oro o vestidos lujosos, sino en lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible de un espíritu suave y tranquilo. Esta belleza vale mucho delante de Dios.
1 Pedro 3:3-4
Levántate, Jerusalén, envuelta en resplandor, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti.
Isaías 60:1
Los encantos son una mentira, la belleza no es más que ilusión, pero la mujer que honra al Señor es digna de alabanza.
Proverbios 31:30
No permitas que su belleza encienda tu pasión; ¡no te dejes atrapar por sus miradas!
Proverbios 6:25
¡Tú eres hermosa, amor mío; hermosa de pies a cabeza! ¡En ti no hay defecto alguno!
Cantares 4:7
Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó.
Génesis 1:27
Pero el Señor le dijo: «No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.»
1 Samuel 16:7
¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos.
Mateo 6:28-29
Pues es Dios quien nos ha hecho; él nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, siguiendo el camino que él nos había preparado de antemano.
Efesios 2:10
Y quiero que las mujeres se vistan decentemente, que se adornen con modestia y sencillez, no con peinados exagerados, ni con oro, perlas o vestidos costosos. Que su adorno sean las buenas obras, como corresponde a las mujeres que quieren honrar a Dios.
1 Timoteo 2:9-10
Pues aunque el ejercicio físico sirve para algo, la piedad es útil para todo, porque tiene promesas de vida para el presente y para el futuro.
1 Timoteo 4:8
Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa?
Mateo 6:25
Tú serás una hermosa corona real en la mano del Señor tu Dios.
Isaías 62:3
Por eso no nos desanimamos. Pues aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día a día.
2 Corintios 4:16
Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abram le dijo a su esposa Sarai: «Mira, yo sé bien que tú eres una mujer hermosa.
Génesis 12:11
La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece firme para siempre.
Isaías 40:8
Mujer ejemplar no es fácil hallarla; ¡vale más que las piedras preciosas!
Proverbios 31:10
No había en todo el mundo mujeres tan bonitas como las hijas de Job. Su padre las hizo herederas de sus bienes, junto con sus hermanos.
Job 42:15
Te hiciste famosa entre las naciones por tu belleza, que era perfecta por el encanto con que te adorné. Yo, el Señor, lo afirmo.
Ezequiel 16:14
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