Oh Dios, Salvador nuestro, ¡ayúdanos, líbranos y perdónanos, por la gloria de tu nombre!
Salmos 79:9
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Dios da a los solitarios un hogar donde vivir, libera a los prisioneros y les da prosperidad; pero los rebeldes vivirán en tierra estéril.
Salmos 68:6
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Por eso, Jesucristo es mediador de una nueva alianza y un nuevo testamento, pues con su muerte libra a los hombres de los pecados cometidos bajo la primera alianza, y hace posible que los que Dios ha llamado reciban la herencia eterna que él les ha prometido.
Hebreos 9:15
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El Señor ama a los que odian el mal; protege la vida de los que le son fieles; los libra de caer en manos de malvados.
Salmos 97:10
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Y también de parte de Jesucristo, testigo fiel, que fue el primero en resucitar y tiene autoridad sobre los reyes de la tierra. Cristo nos ama, y nos ha librado de nuestros pecados derramando su sangre.
Apocalipsis 1:5
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¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará del poder de la muerte que está en mi cuerpo?
Romanos 7:24
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Y me librará de todo mal, y me salvará llevándome a su reino celestial. ¡Gloria a él para siempre! Amén.
2 Timoteo 4:18
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