Tú eres mi refugio: me proteges del peligro, me rodeas de gritos de liberación.
Salmos 32:7
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Pero el Señor es fiel, y él los mantendrá a ustedes firmes y los protegerá del mal.
2 Tesalonicenses 3:3
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El Dios eterno es tu refugio, su eterno poder es tu apoyo; hizo huir de tu presencia al enemigo y a ti te ordenó destruirlo.
Deuteronomio 33:27
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Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia.
Salmos 46:1
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Pero nadie ha hecho el arma que pueda destruirte. Dejarás callado a todo el que te acuse. Esto es lo que yo doy a los que me sirven: la victoria. El Señor es quien lo afirma.
Isaías 54:17
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El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer?
Salmos 27:1
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No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal.
Juan 17:15
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El que vive bajo la sombra protectora del Altísimo y Todopoderoso, dice al Señor: «Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!
Salmos 91:1-2
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Señor, tú conservas en paz a los de carácter firme, porque confían en ti.
Isaías 26:3
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Yo me acuesto tranquilo y me duermo en seguida, pues tú, Señor, me haces vivir confiado.
Salmos 4:8
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Así que, si ustedes me obedecen en todo y cumplen mi alianza, serán mi pueblo preferido entre todos los pueblos, pues toda la tierra me pertenece.
Éxodo 19:5
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El Señor es bueno; es un refugio en horas de angustia: protege a los que en él confían.
Nahúm 1:7
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Pues te cubrirá con sus alas, y bajo ellas estarás seguro. ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!
Salmos 91:4
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Deja tus preocupaciones al Señor, y él te mantendrá firme; nunca dejará que caiga el hombre que lo obedece.
Salmos 55:22
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Por eso mi descendencia está firme en Dios, pues él hizo conmigo una alianza eterna, totalmente reglamentada y segura. Él me da la victoria completa y hace que se cumplan todos mis deseos.
2 Samuel 23:5
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El prudente ve el peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño.
Proverbios 27:12
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¡El Señor llevará a feliz término su acción en mi favor! Señor, tu amor es eterno; ¡no dejes incompleto lo que has emprendido!
Salmos 138:8
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Confía en el Señor y haz lo bueno, vive en la tierra y manténte fiel.
Salmos 37:3
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A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser como su Hijo, para que su Hijo fuera el primero entre muchos hermanos. Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó, los hizo justos; y a los que hizo justos, les dio parte en su gloria.
Romanos 8:29-30
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Solo él me salva y me protege. No caeré, porque él es mi refugio.
Salmos 62:2
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