Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
Mateo 10:8
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Pero Jesús lo oyó y le dijo: —No tengas miedo; solamente cree, y tu hija se salvará.
Lucas 8:50
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Jesús le dijo: —Puedes irte; por tu fe has sido sanado. En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús por el camino.
Marcos 10:52
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Les dijo: «Si ponen ustedes toda su atención en lo que yo, el Señor su Dios, les digo, y si hacen lo que a mí me agrada, obedeciendo mis mandamientos y cumpliendo mis leyes, no les enviaré ninguna de las plagas que envié sobre los egipcios, pues yo soy el Señor, el que los sana a ustedes.»
Éxodo 15:26
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Jesús le dijo: —¿Cómo que “si puedes”? ¡Todo es posible para el que cree!
Marcos 9:23
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Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades.
Salmos 103:2-3
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Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite. Y cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados.
Santiago 5:14-15
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Sin embargo, la fama de Jesús aumentaba cada vez más, y mucha gente se juntaba para oírlo y para que curara sus enfermedades.
Lucas 5:15
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Vuelve y dile a Ezequías, jefe de mi pueblo: “El Señor, Dios de tu antepasado David, dice: Yo he escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte, y dentro de tres días podrás ir al templo del Señor.
2 Reyes 20:5
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Él sana a los que tienen roto el corazón, y les venda las heridas.
Salmos 147:3
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Buen remedio es el corazón alegre, pero el ánimo triste resta energías.
Proverbios 17:22
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Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.
1 Pedro 2:24
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Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder.
Santiago 5:16
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Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder.
Mateo 9:35
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Pero para ustedes que me honran, mi justicia brillará como la luz del sol, que en sus rayos trae salud. Y ustedes saltarán de alegría como becerros que salen del establo.
Malaquías 4:2
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Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite.
Santiago 5:14
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Y si mi pueblo, el pueblo que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y deja su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y devolveré la prosperidad a su país.
2 Crónicas 7:14
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Jesús lo oyó y les dijo: —Los que están buenos y sanos no necesitan médico, sino los enfermos.
Mateo 9:12
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Sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: “El reino de Dios ya está cerca de ustedes.
Lucas 10:9
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Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud.
Isaías 53:5
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