25 Versículos de la Biblia sobre el Egoísmo
No hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores que él mismo.
Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, 5 ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor.
También debes saber que en los tiempos últimos vendrán días difíciles. Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablarán en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no respetarán la religión.
No hay que buscar el bien de uno mismo, sino el bien de los demás.
Y Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos.
Donde hay envidias y rivalidades, hay también desorden y toda clase de maldad.
Que nadie se engañe: si alguno de ustedes se cree sabio según la sabiduría de este mundo, vuélvase como un ignorante, para así llegar a ser verdaderamente sabio.
El que es generoso, prospera; el que da, también recibe.
Pero hay un segundo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Ningún mandamiento es más importante que éstos.
Todos nosotros debemos agradar a nuestro prójimo y hacer las cosas para su bien y para la edificación mutua.
Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita ayuda, pero no se la da, ¿cómo puede tener amor de Dios en su corazón?
El necio no tiene deseos de aprender; sólo le importa presumir de lo que sabe.
Luego Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y dijo: —Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame.
Haz que mi corazón prefiera tus mandatos a las ganancias mal habidas.
Y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí.
Para mí, sin embargo, mi propia vida no cuenta, con tal de que yo pueda correr con gozo hasta el fin de la carrera y cumplir el encargo que el Señor Jesús me dio de anunciar la buena noticia del amor de Dios.
Pero si ustedes dejan que la envidia les amargue el corazón, y hacen las cosas por rivalidad, entonces no tienen de qué enorgullecerse y están faltando a la verdad.
Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado.
No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían.
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
Filipenses 2:3
Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, 5 ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor.
1 Corintios 13:4-5
También debes saber que en los tiempos últimos vendrán días difíciles. Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablarán en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no respetarán la religión.
2 Timoteo 3:2
No hay que buscar el bien de uno mismo, sino el bien de los demás.
1 Corintios 10:24
Y Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos.
2 Corintios 5:15
Donde hay envidias y rivalidades, hay también desorden y toda clase de maldad.
Santiago 3:16
Que nadie se engañe: si alguno de ustedes se cree sabio según la sabiduría de este mundo, vuélvase como un ignorante, para así llegar a ser verdaderamente sabio.
1 Corintios 3:18
El que es generoso, prospera; el que da, también recibe.
Proverbios 11:25
Pero hay un segundo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Ningún mandamiento es más importante que éstos.
Marcos 12:31
Todos nosotros debemos agradar a nuestro prójimo y hacer las cosas para su bien y para la edificación mutua.
Romanos 15:2
Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita ayuda, pero no se la da, ¿cómo puede tener amor de Dios en su corazón?
1 Juan 3:17
El necio no tiene deseos de aprender; sólo le importa presumir de lo que sabe.
Proverbios 18:2
Luego Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y dijo: —Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame.
Marcos 8:34
Haz que mi corazón prefiera tus mandatos a las ganancias mal habidas.
Salmos 119:36
Y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí.
Gálatas 2:20
Para mí, sin embargo, mi propia vida no cuenta, con tal de que yo pueda correr con gozo hasta el fin de la carrera y cumplir el encargo que el Señor Jesús me dio de anunciar la buena noticia del amor de Dios.
Hechos 20:24
Pero si ustedes dejan que la envidia les amargue el corazón, y hacen las cosas por rivalidad, entonces no tienen de qué enorgullecerse y están faltando a la verdad.
Santiago 3:14
Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado.
Romanos 6:6
No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían.
Colosenses 3:9
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
1 Pedro 4:10
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