Buen remedio es el corazón alegre, pero el ánimo triste resta energías.
Proverbios 17:22
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Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite. Y cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados.
Santiago 5:14-15
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Él sana a los que tienen roto el corazón, y les venda las heridas.
Salmos 147:3
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Esto sucedió para que se cumpliera lo que anunció el profeta Isaías, cuando dijo: «Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.
Mateo 8:17
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Porque había sanado a tantos, que todos los enfermos se echaban sobre él para tocarlo.
Marcos 3:10
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Querido hermano, pido a Dios que, así como te va bien espiritualmente, te vaya bien en todo y tengas buena salud.
3 Juan 1:2
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Mientras no confesé mi pecado, mi cuerpo iba decayendo por mi gemir de todo el día.
Salmos 32:3
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Y sin embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado.
Isaías 53:4
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Esperanza frustrada, corazón afligido, pero el deseo cumplido es como un árbol de vida.
Proverbios 13:12
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Les dijo: «Si ponen ustedes toda su atención en lo que yo, el Señor su Dios, les digo, y si hacen lo que a mí me agrada, obedeciendo mis mandamientos y cumpliendo mis leyes, no les enviaré ninguna de las plagas que envié sobre los egipcios, pues yo soy el Señor, el que los sana a ustedes.»
Éxodo 15:26
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Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo alejaré de ti la enfermedad.
Éxodo 23:25
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Sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: “El reino de Dios ya está cerca de ustedes”.
Lucas 10:9
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Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
Mateo 10:8
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Bendeciré al Señor con toda mi alma; bendeciré con todo mi ser su santo nombre. Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades.
Salmos 103:1-3
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Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder.
Santiago 5:16
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Los hombres lo despreciaban y lo rechazaban. Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta.
Isaías 53:3
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Y oí una fuerte voz que venía del trono, y que decía: «Aquí está el lugar donde Dios vive con los hombres. Vivirá con ellos, y ellos serán sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir.»
Apocalipsis 21:3-4
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Pero en su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de la aflicción; envió su palabra, y los sanó; ¡los libró del sepulcro!
Salmos 107:19-20
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El Señor devuelve la vista a los ciegos; el Señor levanta a los caídos; el Señor ama a los hombres honrados.
Salmos 146:8
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Atiende a mis palabras, hijo mío; préstales atención. Jamás las pierdas de vista, ¡grábatelas en la mente! Ellas dan vida y salud a todo el que las halla.
Proverbios 4:20-22
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